En marzo del año pasado, la Guardia Civil de Cantabria detuvo a dos ganaderos y a un transportista sospechosos de haber introducido la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) en la comunidad autónoma, lo que provocó su expansión al norte de España y a Francia. La detención se produjo en el marco de la ‘Operación Rumia‘, que buscaba determinar el origen de la EHE en Cantabria, que había dado un salto de más de 350 kilómetros desde el epicentro de la enfermedad en la región, que estaría situado en una granja de la zona del Valle de Miera.