El protozoo Toxoplasma gondii infecta prácticamente a todos los animales endotérmicos. Tiene una amplia prevalencia en humanos en todo el mundo. Aproximadamente, un tercio de la humanidad está infectada con T. gondii en todo el mundo, aunque esto varía notablemente entre poblaciones. Los humanos se infectan posnatalmente al ingerir alimentos y agua contaminados con ooquistes resistentes al medio ambiente excretados en las heces de los félidos o al comer carne poco cocida o cruda.