En el contexto de One Health, la vida silvestre pueden considerarse reservorios importantes o huéspedes amplificadores de patógenos emergentes. Entre los factores relacionados con la transmisión interespecífica y la aparición de patógenos compartidos, el cambio climático, los cambios en el uso del suelo (agricultura, deforestación, urbanización, ganadería, etc.), el aprovisionamiento de alimentos o la invasión humana en el entorno natural favorecen las interacciones a nivel de la fauna-humano y fauna-interfaces domésticas.