El Colegio de Valencia celebra una jornada sobre problemas emocionales y presenta el plan ‘EstarBien | BienEstar’ para apoyar a los profesionales que padecen estrés y la llamada ‘fatiga por compasión’
En noviembre, el Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV) acogió la presentación del primer gran estudio en España sobre el llamado burnout (síndrome de ‘estar quemado’) y sobre la ‘fatiga por compasión’ que sufren los veterinarios dedicados a los animales de compañía. Aquel informe formaba parte del proyecto ‘Calidad de Vida-Vetbonds’ y fue promovido por la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Más recientemente, la Organización Colegial Veterinaria (OCV) así como la compañía Boehringer Ingelheim de la mano de la UNED han dado a conocer estudios -con un trabajo de campo igual de importante- que han ratificado sus conclusiones. “Es evidente que los profesionales del sector clínico están sufriendo problemas emocionales preocupantes frente a los que nosotros, como colegio, les queremos apoyar”, dijo la presidenta del ICOVV, Inmaculada Ibor, en la inauguración de una mesa redonda celebrada la semana pasada para debatir esta problemática y para presentar el proyecto ‘EstarBien | BienEstar’ con el que la entidad pretende “dar un paso más”. Básicamente, se trataría de promover pequeños grupos de ayuda -de no más de 12 personas- tutelados por expertos en la materia con los que tratar de “prevenir y, en su caso, dar alternativas a los colegiados que puedan estar sufriendo este síndrome”, aclaró Ibor.
Efectivamente, el informe de AVEPA ya alertaba sobre un concepto específico que padecen especialmente los veterinarios clínicos pero que comparten con el resto de profesionales veterinarios y demás relacionados con la salud: la ‘fatiga por compasión’. Es esta figura la que ayudaría a entender en parte las razones por las que hasta un 49% de los encuestados reconocía sufrir “ansiedad” y 2 de cada 10 habrían pensado en abandonar la profesión en algún momento del último año. Una investigación más reciente de la OCV elevaba este porcentaje, de hecho, al 45% para referirse a los veterinarios que en alguna circunstancia hubieran considerado cambiar de actividad. Y un tercer trabajo sobre este mismo fenómeno -el realizado por Boehringer Ingelheim- coincidía con los dos anteriores en atribuir todo ello a “la sobrecarga de trabajo, al conflicto entre las demandas laborales y familiares (problemas para conciliar), y la necesidad de gestionar las emociones, las propias y las de los responsables de los animales”.
Según aclaró María Vitoria, secretaria del ICOVV y moderadora de la mesa redonda organizada, este proyecto “no pretende sustituir la ayuda terapéutica psicológica o/y psiquiátrica, sino darle valor, normalizar esta ayuda y animar a los compañeros que lo necesiten a solicitarla”. De hecho, el colegio mantiene desde hace años un programa que facilita a los colegiados que así lo soliciten una primera consulta gratuita con un gabinete psicológico especializado. Los objetivos declarados durante la jornada de este nuevo servicio serían: ser la primera línea de actuación ante esta problemática para hacer frente y reducir el estrés en la clínica diaria o en otras actividades veterinarias; dar a conocer y saber reconocer esta problemática entre los propios colegiados; ofrecer orientación, apoyo, recursos, habilidades y herramientas para maximizar el bienestar de estos profesionales y, en última instancia, compartir experiencias y consejos con expertos que “entienden las particularidades de nuestra profesión”, enfatizó Vitoria.
El ICOVV plantea pues a los colegiados interesados, formar parte de grupos de hasta 12 personas, agrupados según un cuestionario previo que considerará diferentes perfiles, edades y situación emocional. Estos talleres estarán dinamizados por Begoña Bermell, veterinaria certificada por AVEPA en el propio proyecto Vetbonds -con experiencia previa para afrontar este tipo de casos- y atendidos también en la parte clínica por Andrea Juste, psicóloga sanitaria. Durante estas reuniones se abordarán las causas y los modos de mitigar el burnout, la ‘fatiga por compasión’, se darán claves para una mejor gestión emocional en el ámbito laboral, para afrontar los duelos por los animales con un fatal desenlace, conflictos con los clientes… . Además, cada sesión contará con una parte práctica de herramientas para reducir el estrés (meditación, mindfulness, técnica de Jacobson, técnicas de respiración, yoga…).
En el debate previo a la presentación de este plan participaron también Carme Soler, directora del Hospital Veterinario de la Universidad Católica de Valencia, y Esperanza Montaner, su homóloga en el Hospital Clínico Veterinario de la CH-CEU, quienes abordaron las acciones que se están impulsando en este terreno desde las dos facultades de Veterinaria valencianas. Soler incidió en la importancia de “la formación y la mentorización” con la que se trata de prevenir y preparar a los alumnos para afrontar estas situaciones de conflicto. Montaner, por su parte, se refirió a los servicios de atención ‘extra’ que ofrece su facultad para que los estudiantes puedan “compaginar aprendizaje y relajación”, para que, de cara a su futuro profesional, “sean conscientes de la importancia de ‘desconectar’ de vez en cuando”, explicó.
Pie de la foto de cabecera: De izqda. a dcha., Andrea Juste, psicóloga clínica; María Vitoria, secretaria del ICOVV; Inmaculada Ibor, presidenta del ICOVV; Begoña Bermell, veterinaria certificada por AVEPA en el proyecto Vetbonds; Carme Soler, directora del Hospital Veterinario de la Universidad Católica de Valencia y Esperanza Montaner, directora del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Cardenal Herrera- CEU