Las dificultades a las que el campo asturiano se ha enfrentado en los últimos meses son un reflejo de una problemática que afecta a todo el territorio nacional. El encarecimiento de los costes de producción, con la subida del gasoil, los piensos, o la luz, y los desajustes en los precios de compra en comparación con los de venta de la leche y la carne, comprometen la rentabilidad de las explotaciones, y los ganaderos no pueden más.

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