Los murciélagos desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la biodiversidad del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Además de su función ecológica, se han convertido en aliados fundamentales en la lucha contra enfermedades transmitidas por mosquitos, como la fiebre del Nilo Occidental, al ser grandes consumidores de insectos: cada ejemplar puede ingerir diariamente un volumen de mosquitos equivalente a su propio peso, unos 500 individuos.

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