Un equipo de científicos hizo un descubrimiento alarmante en la orina de un paciente en un hospital de Japón en 2003: una cepa de bacterias Escherichia coli con un gen hasta entonces desconocido que hacía que el microbio fuera resistente a un grupo entero de antibióticos. Los investigadores japoneses denominaron npmA a este inquietante fragmento de material genético que convertía al microorganismo en una superbacteria inmune a los aminoglucósidos, una familia de fármacos que incluye algunos muy conocidos, como la estreptomicina y la gentamicina.