Miles de clínicas veterinarias en España cerraron sus puertas el martes a las 11 de la mañana como símbolo de protesta contra el Gobierno por la reciente normativa sobre dispensación y uso de medicamentos veterinarios que obliga al registro oficial de antibióticos.

Con este paro se pretende reflejar el malestar existente por la puesta en marcha de la comunicación telemática de prescripciones de antibióticos y por la restrictiva regulación de medicamentos veterinarios. Un marco normativo que, según el Consell Valencià de Col·legis Veterinaris (CVCV), podría repercutir sobre la calidad en la atención sanitaria a los animales y que ha hecho reaccionar a los veterinarios tras la reciente entrada en vigor, el 2 de enero, del Real Decreto 666/2023, que regula la citada obligación de comunicar a través de Presvet tales recetas.

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