Los pescadores que frecuentan el río Magro en Turís han detectado un aumento significativo de la población de siluros. Algunos han llegado a pescar hasta treinta en cuestión de tres o cuatro horas, cantidades nunca antes vistas para tales periodos de tiempo. Los aficionados atribuyen esta circunstancia al desembalse de agua de la presa de Forata durante la dana y temen que este crecimiento ponga en riesgo el ecosistema fluvial, ya que su presencia puede afectar de forma negativa a otras especies.

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