Una red que organizaba peleas de gallos clandestinas en una nave de la localidad de Benicull, desmantelada por la Guardia Civil en 2020 tras intervenir 50 gallos a los que habían amputado las crestas, con los muslos desplumados y heridas cicatrizadas de los combates, se ha saldado cinco años después con catorce condenados a penas de multa por un delito continuado de maltrato animal.

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