Es la estación más esperada para muchos, pero tiene su contrapartida; con el verano, llegan las plagas asociadas al calor. Algunas son viejos clásicos de siempre, como los mosquitos. En cambio, otra más propia de la vida rural y que solía ser anecdótica para los urbanitas está escalando en los últimos años: las picaduras de garrapatas y las infecciones que pueden acarrear, como la enfermedad de Lyme. El hecho de que en 15 años los casos en España se hayan triplicado es motivo para que crezca la atención a este problema.

De unas 900 especies de garrapatas en el mundo, un extenso estudio registra al menos 25 en nuestro país, aunque el Ministerio de Sanidad sube la cifra a en torno a 40. Algunos de estos arácnidos pueden transmitir enfermedades; en nuestro país preocupan sobre todo una infección emergente, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC), y otra endémica, la borreliosis de Lyme, la patología más frecuente de las transmitidas por estos parásitos.