Un equipo de investigación liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en el que participan la Universidad de Valencia, la Fundación Jiménez Díaz y la Universidad Libre de Bruselas, ha descubierto que ciertos elementos genéticos bacterianos, conocidos como integrones móviles, funcionan como «islas de defensa» frente a virus bacterianos (bacteriófagos o fagos).

Estos virus matan bacterias y se presentan a día de hoy como una terapia alternativa al uso de antibióticos (terapia fágica). Es decir, la misma herramienta que permite a las bacterias resistir a los antibióticos da resistencia a nuevas terapias alternativas. Los integrones son plataformas genéticas que permiten a las bacterias captar y acumular genes de diversas funciones, entre ellos los de resistencia a los antibióticos. El estudio publicado en Science da un paso más allá al describir que también portan genes capaces de defender a las bacterias de terapias fágicas.