El pasado enero entró en vigor la aplicación del Real Decreto 666/2023, de 18 de julio, por el que se regula la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinario, que establece la obligación de comunicación de las prescripciones de antibióticos efectuadas en animales de compañía por los profesionales veterinarios, equiparándolos a los veterinarios que trabajan con animales de producción, los cuales tienen la obligación de comunicarlos desde 2019.

Si bien, desde su primer momento ha generado múltiples problemas en el día a día de los veterinarios de animales de compañía, provocando el rechazo de todo el sector. A raíz de ello han ido sucediéndose en toda España múltiples manifestaciones, las cuales han contado con el apoyo de tutores de animales de compañía, asociaciones, ganaderos, etc.