En la España rural, es común que los particulares críen animales de granja, como vacas, cerdos o gallinas, en sus parcelas. Los productos obtenidos de estos animales suelen destinarse al autoconsumo de sus propietarios. Sin embargo, es importante destacar que, en el caso de los huevos producidos por gallinas propias, la legislación vigente prohíbe su consumo sin cumplir ciertos requisitos.
Aunque pueda parecer lógico que utilizar los huevos de nuestras propias gallinas para el autoconsumo sea legal, la realidad es que la normativa española establece, desde el 1 de enero de 2024, la obligatoriedad de registrar estas aves. De lo contrario, consumir sus huevos incumple la ley y puede conllevar sanciones económicas de hasta 3.000 euros.