La entrada en vigor de la obligación de comunicación de prescripciones de antibióticos con destino a animales de compañía, que tuvo lugar el pasado día 2 de enero, en aplicación de lo dispuesto en el Real Decreto 666/2023, de 18 de julio, por el que se regula la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios, ha suscitado una problemática añadida a los veterinarios ejercientes en clínica de animales de compañía, «debido al incremento de trámites burocráticos que esta obligación supone; acentuada además, por la dificultades técnicas que en la práctica se vienen detectando para dar cumplimiento a la misma», denuncian desde el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Veterinarios.

Además, subrayan que «la rigidez del régimen sancionador que afecta a estas obligaciones supone un agravamiento de la situación, al colocar al profesional en una situación de considerable incertidumbre».

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