Desde la entrada en vigor del Real Decreto 666/2023, que regula la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios, los centros de medicina veterinaria de animales de compañía se enfrentan a importantes dificultades. En particular, la implementación de la aplicación PesVet para la comunicación de prescripciones de antibióticos ha generado incertidumbre y desconfianza en el sector.

Entre las preocupaciones destacadas, los profesionales veterinarios consideran que la normativa retrasa y limita el inicio de tratamientos, comprometiendo su capacidad de actuación. Además, el régimen sancionador es calificado como inasumible y desproporcionado. Sin embargo, el Ministerio de Agricultura ha reconocido estas dificultades y ha tomado medidas para ajustarlas.