Emite una nota contra esta ‘moda’ y advierte del peligro bacteriano

Frente a los piensos y la comida húmeda se está abriendo paso una alternativa basada en alimentos crudos. Son las dietas BARF (acrónimo del inglés Biologically Appopiate Raw Food) en las que se combinan huesos, carne, vísceras, órganos, huevos, leche en proporción mayoritaria con frutas o legumbres igualmente crudas. Estas dietas se difunden a través de mensajes publicitarios o recursos de marketing, en internet y redes sociales, como la cura a patologías, como la opción “más natural y saludable” por ser la manera en la que se alimentaban los ancestros de nuestros animales de compañía, los lobos y gatos salvajes. A este respecto, la secretaria del Colegio de Valencia (ICOVV) y responsable de la Comisión de Clínicos, María Vitoria, señaló en un comunicado difundido el 26 de abril que “en la actualidad carecemos de evidencias científicas que avalen que estas dietas sean más adecuadas. Lo que sí disponemos es de numerosos estudios que han acreditado los riesgos que las dietas BARF representan tanto para los animales como para las personas”.

Entre tales riesgos, se han documentado los siguientes: peligro de contaminación bacteriana; si incluyen huesos, es más fácil ocasionar daño oral o intestinal secundario, obstrucciones, fracturas dentales y/o estreñimiento y si no se calcula adecuadamente el aporte de proteínas, vitaminas y minerales, puede degenerar en deficiencias nutricionales.

Por todo ello, el ICOVV ha alertado contra esta ‘moda’ y ha aclarado que -aunque las dietas basadas en carne y vegetales crudos pueden beneficiar a ciertos animales con sensibilidad alimentaria- alcanzar un equilibrio nutricional adecuado puede ser complicado. Además, estas dietas representan riesgos para la salud animal y humana

Escherichia coli
Recientemente, un estudio de la Universidad de Bristol (Inglaterra) confirmó que las dietas BARF podrían convertirse incluso en un problema de salud pública. La investigación, que involucró a 600 perros, pretendía indagar por qué se registraba un alto recuento de Escherichia coli en las heces de estos animales. Los resultados revelaron una conexión entre los perros alimentados con carne cruda y la excreción de esta bacteria, concretamente de una cepa resistente a la ciprofloxacina, un antibiótico de amplio espectro. Esto implicaría que una bacteria como ésta –presente en el intestino delgado de humanos, perros y otros mamíferos pero peligrosa y difícil de eliminar si su concentración es alta- podrían estar trasladándose entre seres humanos, animales de granja y perros a través de la alimentación con carne cruda.

Por otra parte, las facultades de Veterinaria de la Universidad de Utrecht (Holanda) y de Uppsala (Suecia) han estudiado este tipo de dietas y confirmado que existe un riesgo asociado entre ciertos patógenos zoonóticos presentes en la carne cruda y su transmisión tanto a otros animales de compañía como a los seres humanos. Además de la propia E. coli, tales investigaciones se refieren a la Salmonella spp, así como al parásito Toxoplasma Gondii, que producen enfermedades que afectan a perros o gatos, que se pueden transmitir a personas y frente a las cuales los antibióticos conocidos suelen tener también una respuesta limitada.

Formación
La Comisión de Clínicos ha mostrado su preocupación a este respecto y por ello prepara una jornada específica sobre nutrición para los colegiados. La nota tuvo una gran repercusión:

– Ver lasprovincias.es / 29-4-2024
– Ver elmundo.es / 26-4-2024
– Ver eldebate.com / 4-5-2024
– Ver abc.es / 26-4-2024