Jacobo Giner, veterinario especializado en la atención a mustélidos

Licenciado por la Universidad de Zaragoza, acreditado de AVEPA en la especialidad de animales exóticos/NAC y miembro del comité científico del grupo GMCAE-AVEPA, desde 1999 su trabajo se centra en la medicina y cirugía de hurones y pequeños mamíferos en la clínica Menescalia. En 2000 se significó por ser el primer veterinario en confirmar un diagnóstico de Leishmania infantum en un hurón doméstico. Recientemente, volvía a hacerlo al comprobar, de la mano de dos facultades, una seroprevalencia de esta zoonosis en hurones del 28%. Desde mayo forma parte de la Junta del ICOVV.

-¿Qué le llevó a centrarse en el hurón?
– Siempre he sido un apasionado de la fauna silvestre, pero empecé a trabajar recién licenciado en la clínica y no tuve opción de dedicarme al estudio y conservación de especies en peligro de extinción como el turón o el visón europeo. Cuando tuve que atender al primer hurón, al inicio de mi andadura profesional hace 25 años, lo tuve claro: eso es lo que quería hacer de ahí en adelante. Siempre tuve la sensación de que a los nuevos animales de compañía como los hurones se les consideraba ‘bichos raros’ y no se les ofrecía una atención veterinaria adecuada, lo que afectaba a su calidad de vida. Así que me puse a estudiar la poca bibliografía existente y fui especializándome, adaptando las novedades científicas que han ido surgiendo en otras especies a la singularidad del hurón. En los últimos años, he intentado compartir entre mis compañeros los conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de este tiempo.

-Es difícil hacerse una idea sobre la presencia real de estos animales en los hogares. ¿Hay algún estudio al respecto?
– Al ser un animal de compañía que no se suele ver en las calles, hay gente que no sabe de su existencia o lo relacionan con su uso como asistentes de los cazadores. En cambio, debido a su carácter sociable, juguetón y algo travieso es una excelente mascota. Según un informe del Ministerio de Agricultura, entre 2012 y 2015 se dio un gran un aumento de la presencia de hurones en los hogares llegando a registrarse oficialmente 20.000 en nuestro país. Teniendo en cuenta que en comunidades como la valenciana no es obligatorio su registro, se sabe que su número es mucho mayor. No obstante, debido a la posibilidad de transmisión del Sars-Cov-2 entre otros mustélidos -como el visón americano de granja- y el hombre, se redujo la cría de esta especie y resultó bastante complicado adquirirlos. Ahora, cuando ya parece que los miedos han desaparecido, el hurón vuelve a resurgir.

– Fue autor principal del primer estudio que identificó Leishmania en hurones. Ahora ha participado en otro que habla de una seroprevalencia del 28%. ¿Podemos hablar de enfermedad emergente?
– La clave se basa en el trabajo conjunto, la colaboración entre una entidad privada como una clínica y otras públicas dedicadas a la investigación, como la Facultad de Veterinaria de la U. de Zaragoza y la de Farmacia de la U. de Barcelona. Este trabajo demuestra que es posible una conexión eficiente entre actores de diversa índole y que, si queremos avanzar como veterinarios, debemos fomentar esa visión One Health. Estos últimos estudios a los que aludes demuestran la alta prevalencia de Leishmaniosis en hurones y efectivamente, podríamos intuir que estamos ante una enfermedad infecciosa emergente en esta especie. Estos resultados pueden ser debidos, entre otras causas, al cambio climático -que implica que el patrón de actividad estacional de los flebótomos está aumentando y que este vector busca otros vertebrados para alimentarse, o bien, a que la leishmaniosis podría haber sido infradiagnosticada en hurones por la ausencia de disponibilidad de técnicas confirmatorias de la infección específicas para esta especie. Aunque la mayoría de los seropositivos son asintomáticos, debemos ser cautos ya que el número de casos clínicos descritos va en aumento.

-¿Por qué hurones y gatos deben ser objeto de identificación obligatoria en la nueva ley autonómica?
– La identificación es fundamental para depurar responsabilidades respecto al abandono y el maltrato animal, para que en un futuro puedan reducirse e incluso erradicarse. Cada vez son más los hogares en los que encontramos animales diferentes al perro, principalmente gatos y hurones. Si a esto le añades que, según los datos, el 85% de los animales que llegan a un refugio y llevan chip pueden ser devueltos a sus familias, lo hace totalmente ventajoso. También existen razones sanitarias. Una de ellas es la exigencia de cumplir con lo indicado por la normativa europea, que exige una identificación previa a la vacunación frente a rabia, vacunación que es obligatoria para perros, gatos y hurones en la Comunitat. Del mismo modo, es necesaria una correcta identificación de estas mascotas para llevar a cabo un adecuado control de zoonosis, muchas veces de declaración obligatoria, como es la leishmaniosis.