Para los profesionales veterinarios, resulta imprescindible reconocer los signos de miedo y ansiedad en los pacientes para tratar con ellos de forma eficaz. Observar el lenguaje corporal, como animales agachados, con las colas dobladas, las pupilas dilatadas, o el jadeo excesivo, arrojan pistas sobre el estado de ánimo del animal.