Los gatos domésticos son excelentes animales de compañía, pero también peligrosos transmisores de enfermedades, aunque lo más grave es que se han convertido en una amenaza global contra la biodiversidad porque devoran especies amenazadas de aves, mamíferos y reptiles. Es preciso gestionar mejor las colonias felinas, pero la ley animalista de España se queda corta.

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