Los mayores aumentos coincidieron con la desescalada, en junio-julio, y ya en diciembre

La irrupción de la Covid-19 despertó el interés de los valencianos por la posibilidad de tener un perro en casa. El Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV) ha querido poner en valor la utilidad del Registro Informático Valenciano de Identificación Animal (RIVIA) y, a partir de sus datos, explicar cómo el confinamiento doméstico afectó a la sociedad. Con esta acción y con este comunicado se pretendía a un tiempo lanzar un mensaje de concienciación a favor de una tenencia responsable de los animales domésticos.

Como se aprecia en los gráficos, con datos mensuales comparados entre 2019 y 2020, el comienzo de la desescalada el 18 de mayo de 2020 (fecha del inicio de la Fase 1) tras más de dos meses de duro confinamiento domiciliario supuso un punto de inflexión. Efectivamente, tras aquella larga cuarentena, en el mes de mayo se rompió ya la estabilidad mostrada desde comienzos de año con respecto al mismo periodo de 2019 y durante los dos meses siguientes las cifras se dispararon: las adopciones de animales de protectoras crecieron un 94% en junio y un 49% en julio y las compras o cambios de propietarios de perros igualmente se incrementaron un 27,1 y un 17%, respectivamente, con respecto a 2019. En diciembre, además y seguramente a causa del periodo de compras navideño, el incremento de adquisiciones de perros (con respecto a ese mes de 2019) alcanzó el 31,7%.

Efecto psicológico del confinamiento
El interés por incorporar a un perro, a causa probablemente del efecto psicológico del confinamiento y de las restricciones posteriores, se materializó pues durante los meses de verano y fue languideciendo hasta octubre, mes en el que el RIVIA ya registró cifras inferiores o parecidas a las del año anterior tanto en adopciones como en adquisiciones de perros. Volvió a repuntar, de forma menos relevante en cuanto a las adopciones, en noviembre y diciembre.

Desde que la cuarentena domiciliaria acabó (el 18 de mayo) y hasta finalizar 2020, las adopciones se dispararon un notable 37,6% y las adquisiciones de perros lo hicieron otro 17,2%. “La forma en la que se ha reaccionado a la pandemia y a las restricciones en la libertad de circulación o en el tiempo de ocio es quizá un fenómeno más sociológico que veterinario pero desde nuestra perspectiva confirma algo obvio y relevante: muchos valencianos abocados a estar mucho más tiempo en casa han preferido hacerlo disfrutando de la alegre compañía de un animal”, valora Inmaculada Ibor, presidenta del Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV). “Es un dato objetivamente positivo pero también encierra una amenaza, ¿qué ocurrirá con esos animales cuando volvamos plenamente a la normalidad?”, se pregunta la responsable colegial.

Desequilibrio enorme
El CVCV no puede pasar por alto el enorme desequilibrio existente entre las adopciones y las compras: en el conjunto de 2020 se registraron 2.782 perros acogidos frente a 92.858 adquiridos. “Adoptar da una segunda oportunidad al animal, beneficia a la familia y a las entidades de protección animal y cumple con una función social añadida, que es clave en la lucha contra el abandono. La compra no contribuye a todo esto, pese a tratarse de un ser vivo, muchas veces se induce a ver al animal como un regalo más, como el juguete que no debe considerarse y en demasiadas ocasiones, la compra es una acción más impulsiva, menos responsable”, matiza en este sentido Ibor.

La Ley de Protección de Animales Domésticos –ahora en trámite en Les Corts- podría ser un instrumento válido para fomentar las adopciones. “Hacen falta campañas de concienciación, que el ciudadano acuda al veterinario para resolver sus dudas sobre las necesidades sanitarias, sobre las responsabilidades y obligaciones que se adquieren al hacerse cargo de un animal”, concluye la presidenta del CVCV.

– Ver apuntmedia (min 33) / 17-2-2020
– Ver telecinco.es / 22-2-2021
–  Ver levante-emv.es / 16-2-2021
Ver elpais.com /16-2-2021

-Ver 20minutos.es / 16-2-2021