
Ilmo. Sr. D. Ramón Gómez Perez
Don Gómez Pérez ha sido sin duda el veterinario que más luchó por la existencia del Colegio. No sólo fue uno de sus fundadores, sino que en muy pocas ocasiones estuvo fuera de sus Juntas directivas, especialmente como tesorero y en cinco etapas como presidente: de mayo de 1902 a mayo de 1903, de mayo de 1905 a mayo de 1906, de mayo de 1907 a junio de 1910, de mayo de 1919 a diciembre de 1921 y de diciembre de 1930 a enero de 1933; en total 11 años de presidencia; pero desde cualquier puesto siempre defendió la existencia del Colegio salvando todas sus crisis con el respaldo de su gran personalidad y buena intención.
Nació en Cirat (Castellón) el 2 de enero de 1868. Estudió la carrera de veterinaria en le Escuela de Madrid empezándola en 1884 y expidiéndose el título en fecha 22 de julio de 1889. Terminada la carrera debió ejercer la profesión en Cirat, su pueblo natal, y quizá en otros municipios de la provincia de Castellón, hasta el año 1899 en que ingresó en el Ayuntamiento de Valencia con el carácter de ayudante interino del Servicio Municipal Veterinario, donde permaneció de forma ininterrumpida hasta que fueron convocadas oposiciones para constituir el primer Cuerpo de Inspectores Veterinarios del Ayuntamiento que tendría la Ciudad. El día 1 de septiembre de 1902 fue aprobada la primera plantilla que reflejaba el resultado de dichas oposiciones. Don Ramón Gómez figuraba con el número uno, lo que implicaba el desempeño de la Jefatura del Cuerpo. En este mismo cargo permanecería el resto de su vida profesional, que finalizó en el mes de julio de 1933 con su jubilación.
Don Ramón Gómez Pérez fue un gran profesional, culto y con una sólida formación científica. Entre sus muchas actividades, pronto fue nombrado vocal de la Junta Provincial de Sanidad (1904), Subdelegado de Veterinaria del distrito de San Vicente, cargo que llevaría implícito el servicio veterinario en la Plaza de Toros y Director técnico de todos los mataderos que existían en el término municipal (1926). Desempeñó también el cargo de Inspector Provincial Veterinario interino hasta que se cubrió por primera vez este destino en propiedad con D. José Orensanz. En 1907 se le nombró veterinario de la Diputación para atender a los animales que poseía la Corporación en varios centros benéficos y en particular la vaquería del hospital. Este cargo lo mantuvo hasta 1924.
Fue autor de varias publicaciones técnicas y dio conferencias, todas en relación con temas de higiene pública.
El 25 de abril de 1909 ingresó como Académico de Número en la Real Academia de Medicina de Valencia, versando su discurso de ingreso sobre “La identidad de la tuberculosis en las diferentes especies y la necesidad de medidas de profilaxis en los animales para evitar su propagación a la especie humana“. En el año 1916 pronunció el discurso inaugural del curso de dicha Corporación., sobre el “Estudio del huevo de la gallina como alimento del hombre, relacionado con la higiene“. Asimismo, actuó de padrino contestando en nombre de la Real Academia los discursos de ingreso de los también veterinarios don José Orensanz Moliné (1921) y don Enrique Arciniega Cerrada (1933).
En cuanto a su faceta clínica, ejercía la profesión y poseía su consulta en la calle de Cuarte.Su continua dedicación a las actividades colegiales, su buen hacer, y su capacidad de trabajo, le granjearon el afecto de sus compañeros y así, en el mes de mayo de 1908 fue nombrado Socio de Mérito del Colegio y el 22 de julio de 1934, tras su jubilación, en Junta general se le honró con el nombramiento de Presidente Honorario. Un año antes y con motivo de su jubilación ya se había hecho de él un encendido elogio en otra asamblea colegial, siendo merecedor de un posterior homenaje.Poseía don Ramón una magnífica biblioteca sobre temas veterinarios y de humanidades, destacando especialmente en ella su afición a poseer obras antiguas, en especial de albeitería, de las que logró reunir un buen número, todo ello exponente de su erudición y formación científico-profesional. Esta biblioteca la donó al Colegio y en el homenaje que se la tributó,y al que nos hemos referido, se le agradecía de forma muy especial esta donación, algunos de cuyos libros constituyen una de las más valiosas propiedades históricas del actual Colegio.
De su matrimonio con doña Modesta Leistar tenía una hija, Rosa, que falleció en 1919 a los 21 años y un hijo, Manuel Gómez Leistar, médico.
Falleció don Ramón Gómez, el 14 de enero del año 1939, a los seis de su jubilación.