(Art. de opinión de Inmaculada Ibor, pta del ICOVV y del CVCV)

En 2020 sufrimos el impacto del Estado de Alarma, el confinamiento, el miedo a lo desconocido y sobre todo, quedamos conmovidos por mortal alcance de este virus maldito. 2021, en cambio, fue más el año de la adaptación a la Covid. Los colegios hemos evolucionado de forma similar a la propia sociedad: continuamos el camino ya iniciado en el año del estallido de la enfermedad y evitamos la presencialidad, renunciamos a eventos sociales o colegiales y disfrutamos de reencontrarnos físicamente cuando la situación de ‘nueva normalidad’ lo permitió. Pero también nos hemos llegado a acostumbrar, incluso a sacarle partido, a las reuniones, charlas y cursos on line.
 El fantasma que siempre nos ha perseguido -que nos releguen como profesionales sanitarios- volvió a presentarse en 2021 con motivo de la vacunación como ‘‘otro personal sanitario o sociosanitario’. El proceso de inmunización de los veterinarios fue, a decir verdad, desesperante: costó que nos considerasen para la primera fase y una vez iniciada la vacunación, la crisis desencadenada en torno a la vacuna de Astrazeneca motivó que ésta se suspendiera hasta en dos ocasiones.
 La Covid ha sido una limitación pero no un impedimento para seguir con la actividad en los campos donde el veterinario ejerce. Asumimos riesgos, no pocos y así quedó reflejado en el estudio promovido por el ICOVV y el resto de colegios de Unión Sanitaria Valenciana, que hablaba de altos niveles de ansiedad por la pandemia. En 2020, cuando perduraba la carestía de EPI’s, buscamos facilitar el suministro y en 2021 mantuvimos durante un tiempo el servicio por la mejora de condiciones que supuso la compra colectiva. El ICOVV, además, creó un servicio de atención psicológica y los tres colegios valencianos promovieron cursos con los que tratar de reducir las situaciones de estrés.
Intensa labor de revisión legislativa
El CVCV ha vivido un año intenso en cuanto a su actividad de revisión legislativa. Tras casi cuatro años de borradores, el proyecto de Ley de Protección, Bienestar y Tenencia de Animales de Compañía fue aprobado en agosto por el pleno del Consell. Después de presentar las últimas alegaciones en 2020 e iniciarse la tramitación parlamentaria, durante enero y febrero nos volcamos en mantener contactos con todas los grupos parlamentarios para tratar de introducir enmiendas. En noviembre volvimos a presentar un documento a Les Corts para reiterar nuestra postura y el pasado 17 de diciembre comparecí personalmente en la Comisión de Agricultura para ser interpelada por los diputados. Con insistencia hemos reclamado siempre lo mismo: que quede definida la identificación obligatoria para perros, gatos y hurones, en beneficio de la erradicación del abandono y sacrificio cero; delimitar la responsabilidad atribuida a los responsables legales, temporales y la del veterinario; mejorar la tipificación de las infracciones y la redacción de algunos aspectos del bienestar y protección animal (seres sintientes, adopción prioritaria…).
    Pero es que, además, hemos realizado alegaciones y aportaciones a 14  normas, algunas tan relevantes para nuestra profesión como la regulación de los Núcleos Zoológicos o para el bienestar animal en el transporte y en los PIF’s, para crear la especialidad veterinaria en Salud Pública -en el ámbito nacional- o para el registro de todos los movimientos del ganado -a nivel autonómico-.  Los cambios reclamados a este último respecto podrían ser claves para, en un futuro, volver a defender la introducción del veterinario en los bous al carrer- en favor también del bienestar y de la sanidad animal. En todos los casos, hemos aportado criterios científico-técnicos a nuestras valoraciones y hemos alegado directamente y/o a través de la OCV o de otras profesiones colegiadas (USV). Siempre hemos actuado bajo el principio rector de que la unión hace la fuerza.
Medicamentos y Sanitat
Si en 2020 suscribimos un acuerdo con la Conselleria de Sanitat en materia de formación -sobre seguridad alimentaria- en 2021 lo volvimos a hacer pero esta vez sobre recetas, para reconocer las tareas que los colegios realizan en cuanto a su trazabilidad.
    Y otra vez, pese a ir más allá de nuestro ámbito competencial, el CVCV ha tenido protagonismo propio en cuanto al proceso de reforma de la regulación nacional de los medicamentos veterinarios. Recientemente, volvimos a presentar nuestras reivindicaciones al Ministerio de Agricultura y, en los últimos días -además- contribuimos a que la OCV diera un paso más en favor de la transparencia y publicitase de forma clara la postura a este respecto. Dado el elevado interés para la profesión y la confusión reinante en algunos momentos, los colegios hemos informado y realizado charlas, para reflejar la situación real y para compartir la estrategia a seguir. La OCV, finalmente, recogió nuestra propuesta y ha acabado por dar a conocer un posicionamiento que no dé lugar a dudas y que, además, es coherente con la nueva reglamentación comunitaria. Unos objetivos que pasan por defender la posibilidad de que el veterinario clínico pueda vender medicamentos veterinarios sin prescripción y con prescripción para los animales a los que atiende. En el mejor de los casos, la reforma que queremos se logrará tras un largo proceso de modificaciones legales. Cambios que deberán afectar, no solo al RD que regula la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios, sino también al Decreto-ley del texto refundido de la Ley de garantías y uso racional de medicamentos. Uso racional, por cierto, que los veterinarios hemos acreditado que saber aplicar con éxito, como lo demuestra la gran reducción en el uso de antibióticos lograda en los últimos años.
El veterinario en los municipios
Merece la pena también destacar el importante convenio suscrito con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMO) para recuperar la figura del veterinario en el esfera municipal.  La respuesta de los colegiados, apuntándose a la bolsa de trabajo que se ha creado, ha sido igual de sobresaliente y espero que vaya a más en 2022.
  No quisiera terminar sin agradecer el excelente trabajo del colectivo veterinario, la colaboración y esfuerzo de las juntas de gobierno, empleados colegiales y del CVCV y de muchos compañeros que de forma desinteresada se han implicado en los proyectos y han aportado sus conocimientos e ideas. Aprovecho la ocasión para desearles lo mejor en estas fiestas y para el próximo año nuevo.